Aníbal

Movimiento

Aníbal

Basquiat convierte un soporte primitivo en un estandarte de guerra, mezclando historia, cultura afroamericana y estética urbana con su característico estilo frenético.

Año 1982

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Me encanta que los planes salgan bien. Así podría resumirse el meteórico ascenso de Jean-Michel Basquiat en el mundo del arte, justo en el momento en que creó Aníbal, una de sus obras más complejas y potentes de 1982.

Aquí, el joven artista ya había pasado de pintar en las calles a producir en el estudio, aunque sin perder la espontaneidad del graffiti. La pieza, montada sobre soportes de madera atados de forma rudimentaria, adquiere un carácter casi escultórico. Es un estandarte pictórico, como si fuese un objeto ceremonial de guerra.

Basquiat mezcla acrílico, collage y óleo sobre un fondo naranja brillante. En la superficie se acumulan palabras, flechas, tachaduras, símbolos y una de sus icónicas calaveras vibrantes, que conecta con el arte africano y el primitivismo que inspiró a las primeras vanguardias del siglo XX.

El título Hannibal hace referencia al general cartaginés que cruzó los Alpes con elefantes. Un personaje histórico fuerte, africano, estratega… como si Basquiat se viera reflejado en él. Porque el artista no solo se identificaba como negro, sino como un heredero consciente de una historia africana silenciada, que ahora recupera y resignifica a través del arte.

Aníbal es una obra cargada de rabia, cultura, humor, ironía y herencia, todo embutido en un lienzo que no es solo un cuadro, sino una bandera de combate.

Fuentes