
Artista
Pablo Picasso
1881–1973
Movimiento
Picasso retrata a su esposa Olga Khokhlova con un estilo clásico influido por Ingres, en una etapa de neoclasicismo y aparente estabilidad.
Picasso retrata a la mujer de forma clásica. Así se presenta Retrato de mujer (Olga), una pintura que refleja una de las etapas más contenidas del artista, tanto en lo artístico como en lo personal.
La protagonista es Olga Khokhlova, bailarina rusa de los ballets de Diaguilev, a quien Picasso conoció diseñando vestuarios y decorados. Se casaron en 1918, y ella se convirtió en su primera esposa y madre de su primer hijo, Pablo.
Este retrato, fechado en 1923, pertenece a la etapa neoclásica del artista, profundamente influida por el clasicismo de Ingres. En esta época, Picasso abandona momentáneamente el cubismo y adopta un estilo figurativo, sobrio y elegante, que agradaba especialmente a Olga, poco entusiasta de los retratos deformados.
El lienzo respira estabilidad y contención, y parece retratar no solo a la mujer, sino también una imagen pública de éxito y prestigio. Picasso ya no era el bohemio de Montmartre, sino un artista aclamado internacionalmente.
Pero la calma fue pasajera. Las tensiones entre ambos crecieron con los años, y esa aparente armonía se quebró. Picasso volvería al experimentalismo, y los retratos de Olga pasarían de lo idealizado a lo paródico y grotesco.
Aun así, obras como esta quedaron como testimonio de una etapa única en su vida: cuando el genio se vistió de clásico y se sumergió en los códigos de la tradición… aunque solo por un rato.