Triple retrato de Carlos I

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Triple retrato de Carlos I

Van Dyck retrata a Carlos I desde tres ángulos distintos para que Bernini esculpa al monarca sin necesidad de verlo en persona.

Año 1635

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Este singular retrato de Carlos I de Inglaterra fue encargado por el propio rey con un objetivo muy concreto: enviarlo a Gian Lorenzo Bernini para que pudiera esculpir un busto en mármol del monarca sin necesidad de posar en persona.

Anton van Dyck muestra al rey en tres posiciones: de frente, de perfil y en tres cuartos. En cada vista, Carlos lleva vestimenta distinta, aunque el lazo azul de la Orden de la Jarretera permanece constante. Más allá de su propósito utilitario, la obra destaca por su elegancia, atención al detalle y carácter innovador.

El retrato acabó siendo una referencia para futuros artistas, influyendo por ejemplo en Philippe de Champaigne y su retrato del cardenal Richelieu. Aunque el busto original de Bernini se perdió en el incendio del Palacio de Whitehall en 1698, el cuadro sobrevivió y regresó a Inglaterra en el siglo XIX, donde aún hoy se conserva en la Royal Collection.

Una obra insólita que mezcla arte, diplomacia y tecnología escultórica con la maestría pictórica de Van Dyck.