
Movimiento
Proto Renacimiento
1300–1400
Artista
Maestro flamenco del Proto-Renacimiento, Van Eyck revolucionó el óleo y el retrato con un detallismo y naturalismo inigualables en la historia del arte europeo.
1395–1441
Pintor flamenco revolucionario del Proto-Renacimiento, Jan van Eyck perfeccionó la técnica del óleo sobre tabla y fundó el retrato occidental con un naturalismo e innovación técnica sin precedentes.
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Jan van Eyck fue quizás el más importante de los pintores flamencos que transformó la pintura gótica en algo nuevo, fresco e influyente. Aunque no inventó la pintura al óleo, perfeccionó su uso sobre tabla junto a su hermano Hubert, logrando efectos revolucionarios como veladuras, trompe-l’œil y texturas hiperrealistas.
Fue también de los primeros artistas en firmar y fechar sus obras, mostrando conciencia de su papel como creador. Sus inicios en la miniatura se reflejan en el exquisito detallismo de sus pinturas.
Trabajó en la corte de Felipe el Bueno como pintor y diplomático, lo que lo llevó a viajar por Europa. Este contacto con otras culturas probablemente enriqueció aún más su técnica y visión artística.
Desarrolló su obra en el norte de Europa durante el auge del ducado de Borgoña. La transición entre la Edad Media y el Renacimiento se manifestaba en una nueva valoración del individuo, el naturalismo y el conocimiento técnico aplicado al arte.
Formado en la tradición gótica flamenca, Van Eyck la superó incorporando una observación rigurosa de la naturaleza y el ser humano. Su formación como miniaturista se nota en la precisión extrema de sus obras. También influyó y fue influido por otros artistas de la corte y por la cultura visual de Italia y la Península Ibérica.
Van Eyck es sinónimo de realismo flamenco. Sus retratos y escenas religiosas destacan por su precisión, manejo de la luz, uso del óleo y construcción espacial mediante la perspectiva atmosférica y la geometría. Fue un precursor en captar la identidad del retratado y en convertir la imagen pictórica en una ventana al mundo real.