Desnudo de mujer

Movimiento

Desnudo de mujer

Sorolla homenajea a Velázquez y pinta a su esposa Clotilde entre sábanas salmón, con una sensualidad luminosa y moderna.

Año 1902

Palabras clave

Contenido

En Desnudo de mujer, Joaquín Sorolla vuelve su mirada a uno de sus grandes referentes: Diego Velázquez. Inspirado por la famosa Venus del espejo, Sorolla toma como modelo a su esposa Clotilde, a la que retrata tumbada entre sábanas rosadas con una mezcla de ternura, erotismo y dominio pictórico absoluto.

Lejos de cualquier intención provocadora, el cuadro se convierte en un canto a la intimidad y al amor conyugal. La paleta cálida, rica en salmón, blanco y dorados, y la pincelada suelta e impresionista que apenas perfila el cuerpo, permiten que la luz se convierta en verdadera protagonista. Sorolla no representa el cuerpo, lo sugiere, lo acaricia con luz.

Así como Velázquez velaba la sensualidad de Venus mediante un espejo, Sorolla lo hace con el color y las texturas de las telas. No hay un voyeurismo descarado, sino un juego visual delicado que equilibra tradición barroca y modernidad impresionista.

Es un homenaje al clasicismo español pero desde una mirada propia y renovada. Una pintura de amor, de arte… y de luz.