El caballero de la mano en el pecho

Movimiento

El caballero de la mano en el pecho

Retrato icónico del Siglo de Oro español pintado por El Greco, donde lo visible se convierte en símbolo de lo invisible.

Año 1580

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Doménikos Theotokópoulos, más conocido como El Greco, firmó con este retrato una de las obras más sublimes del arte español. Un caballero, vestido a la moda del Siglo de Oro, se presenta ante nosotros con una mirada dividida entre la melancolía y la solemnidad, la mano sobre el pecho en gesto de juramento o devoción laica.

Este gesto —con los dedos corazón y anular unidos— es una firma visual recurrente en El Greco. Su fuerte presencia simbólica, centrada por la iluminación, acentúa el carácter espiritual del personaje, que se recorta sobre un fondo neutro, sin distracciones, en una composición sobria y magistralmente equilibrada.

Se ha identificado al caballero como Juan de Silva y Ribera, III marqués de Montemayor, notario mayor del reino de Castilla. Pero, más allá de su identidad, lo que este retrato captura es un estado del alma: dignidad, serenidad, interioridad. La mirada, casi estrábica, parece dirigir cada ojo a destinos distintos —una sutileza que humaniza y enriquece el misterio.

Con una técnica precisa y luminosa, El Greco elimina todo lo superfluo para condensar en una figura el ethos del noble español: su fe, su honor, su sentido del deber. Un verdadero icono de la pintura universal.