El pelele

Movimiento

El pelele

Goya convierte un inocente juego popular en una poderosa metáfora de dominación y sátira social.

Año 1791

Palabras clave

Contenido

Antes de ser pintor de cámara, Francisco de Goya realizó varios cartones para tapices por encargo de la monarquía. Estas obras no estaban pensadas para exhibirse como pinturas, sino como modelos para los tejedores de la Real Fábrica de Tapices. Sin embargo, muchas de ellas —como El pelele— han sido conservadas por su valor artístico intrínseco.

En esta obra, Goya muestra a cuatro majas manteando a un muñeco de trapo —el pelele— en un juego festivo de origen popular. Aunque en apariencia se trata de una escena alegre y trivial, el mensaje es más profundo: el muñeco simboliza al hombre dominado y manipulado por la mujer, en una burla directa a los roles de poder tradicionales.

La escena se encuadra en un entorno de suaves colores y paisajismo idealizado, al estilo rococó, pero el trasfondo satírico ya anticipa el carácter crítico y renovador que marcaría la obra posterior del artista.

Años después, Goya retomaría el tema en su serie de grabados Los disparates, desde un enfoque mucho más oscuro y simbólico.

El pelele, que acabó convertido en tapiz para el despacho de Carlos IV, es una pieza clave no solo por su maestría técnica, sino por su lectura social entre líneas: en plena corte borbónica, ¿quién era el auténtico pelele?