
Artista
Francisco de Goya
1746–1828
Movimiento
Goya retrata con encanto y equilibrio un cortejo costumbrista entre majos y señoritas a la moda, al gusto de la aristocracia dieciochesca.
Durante sus años como pintor para la Real Fábrica de Tapices, Francisco de Goya se especializó en escenas costumbristas al gusto de la monarquía ilustrada. El quitasol es uno de los cartones más célebres de esta etapa, donde se combina el encanto del Rococó con la sobriedad compositiva del Neoclasicismo.
La escena muestra a un majo protegiendo del sol a una joven elegante, vestida a la moda francesa, que nos mira coqueta mientras sostiene un abanico y acaricia a un pequeño perro sobre su falda. Ambos representan los estilos contrapuestos del Madrid del XVIII: el chulapo castizo y la dama afrancesada.
Goya armoniza la paleta cromática con una serenidad neoclásica, pero sin perder la frescura popular que tanto seducía a sus comitentes. A pesar de ser una obra funcional (un modelo para tapiz), la composición está cuidadosamente pensada para transmitir naturalidad, vitalidad y complicidad.
Un juego de sombras, colores suaves y miradas cruzadas que, más allá del mero decorado, ofrece una instantánea cargada de vida, moda y mensaje: una España que se debate entre lo castizo y lo ilustrado, entre lo popular y lo refinado.