
Artista
Caravaggio
1571–1610
Movimiento
Caravaggio pinta el juego, el engaño y la picardía con una maestría precoz que lo lanzó a la fama.
Una escena aparentemente cotidiana en la que tres personajes juegan a las cartas. Uno de ellos —el más joven— cree tener la partida bajo control, mientras a su alrededor se cocina la traición. Uno de los tahúres mira sus cartas descaradamente y le chiva la jugada al otro, que con astucia saca un as de su cinturón.
Caravaggio, con poco más de veinte años, convierte un pequeño juego de mesa en una gran escena de teatro. Cada gesto, cada mirada, cada detalle tiene un propósito dramático. El claroscuro ya aparece con fuerza, y la tensión entre lo ingenuo y lo perverso define la escena.
Esta fue una de las primeras obras con las que llamó la atención en Roma. Tanto, que le valió el mecenazgo del influyente cardenal Del Monte. Caravaggio se lanzó entonces a una carrera tan meteórica como problemática: fama, éxito… y un carácter explosivo que lo haría célebre también fuera del lienzo.
«Jugadores de cartas» no es solo una historia de tahúres: es un recordatorio pintado con crudeza de que el mundo no siempre premia la inocencia. Bienvenidos al barroco.