
Artista
Francisco de Goya
1746–1828
Movimiento
Goya rinde homenaje a Velázquez con un audaz retrato grupal en el que nobles y criados conviven en equilibrio y naturalidad.
En este monumental retrato colectivo, Goya nos presenta a la corte privada del infante don Luis de Borbón en su retiro abulense, mucho antes de codearse con reyes en su Familia de Carlos IV. El artista, aún joven y optimista, despliega ya una asombrosa maestría en el género del retrato.
La composición, claramente inspirada en Las Meninas, combina nobleza y cotidianidad. La figura central no es el infante, sino su esposa María Teresa de Vallabriga, que nos mira vestida de blanco mientras es peinada por su estilista. Don Luis, algo apartado, se distrae jugando al solitario, detalle cargado de simbolismo sobre su posición marginal en la familia real.
A su alrededor, hijos, criadas, ayudantes y hasta el propio Goya —autorretratado en la sombra a la izquierda— completan un fresco íntimo y a la vez solemne. La luz, los rostros, las miradas: todo rezuma humanidad contenida.
Con esta obra, Goya demuestra que el retrato de grupo no había muerto con Velázquez, sino que él sabría darle nueva vida con una modernidad calmada y luminosa.