Leonor de Toledo y su hijo Giovanni

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Leonor de Toledo y su hijo Giovanni

Bronzino retrata a la poderosa duquesa de Florencia con su hijo menor, en un despliegue de lujo, elegancia y simbolismo político.

Año 1544

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Bronzino, retratista oficial de los Médici, firma aquí uno de los retratos más deslumbrantes del manierismo italiano. En él, Leonor de Toledo, noble española y duquesa de Florencia, posa majestuosa con su hijo Giovanni, en un formato que recuerda a los retratos pontificios por su composición hasta las rodillas.

Aunque Giovanni aparece como símbolo de fecundidad y continuidad dinástica, toda la atención recae en su madre. Su vestido es el verdadero protagonista: terciopelo minuciosamente trabajado, bordados de filigrana y joyas que parecen esculpidas. La moda española que introdujo en la corte florentina es aquí elevada a la categoría de arte.

El fondo en azul de lapislázuli no es casual. Además de ser un pigmento carísimo, refuerza su comparación con la Virgen María, equiparándola en virtud, pureza y poder.

Leonor no fue una mera consorte. Educada con rigor, tomó decisiones de gobierno en ausencia de su esposo y fue una figura clave en la consolidación del poder de los Médici. En este retrato, Bronzino nos muestra a una mujer que es madre, aristócrata y gobernante. Una mujer que no se limita a estar representada, sino que se impone como figura de autoridad.

Una joya pictórica, donde el arte se alía con la moda, la política y el simbolismo religioso.