
Movimiento
Manierismo
1550–1610
Artista
Retratista manierista florentino que refinó el arte cortesano con una estética fría, elegante y simbólica, al servicio de los Médici.
1503–1572
Bronzino, maestro manierista florentino, destacó por sus retratos elegantes y fríos, composiciones refinadas y un estilo cargado de artificio, metáfora y detalle que anticipa la riqueza formal del Barroco.
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Agnolo di Cosimo, más conocido como Bronzino, fue uno de los grandes representantes del manierismo florentino del siglo XVI. Discípulo de Pontormo, fue reconocido en vida por sus retratos fríos, elegantes y altamente estilizados. Giorgio Vasari ya lo menciona en sus escritos como figura esencial de este movimiento.
El apodo “Bronzino” proviene del aspecto metálico y artificial de la luz en sus obras, y de la paleta clara y brillante que aplicaba sobre las figuras, casi como si fueran talladas en mármol. Su obra retrata con perfección cortesana a la aristocracia florentina, especialmente en retratos como el de Leonor de Toledo y su hijo Giovanni, en los que la mirada distante, el gesto contenido y la opulencia del atuendo toman protagonismo.
Trabajó intensamente para la corte de los Médici, creando retratos, escenas religiosas y mitológicas con una marcada carga simbólica. Su estilo fue considerado la cima del manierismo por su precisión, su fría sensualidad y su sofisticación intelectual. También fue poeta y tuvo vínculos con los círculos literarios de su tiempo.
Bronzino desarrolló su obra en el Cinquecento, durante el auge del manierismo en Italia, una época que buscaba ir más allá del ideal clásico renacentista. Fue un momento en que las cortes italianas y francesas promovían un arte sofisticado, introspectivo y elaborado, en respuesta a la crisis de valores y el desencanto posterior a las guerras y la Reforma.
Fue alumno de Jacopo Pontormo, y junto a él y Parmigianino, representa la sofisticación formal del manierismo. La influencia de Miguel Ángel también fue central, ya que el ideal manierista consistía en crear arte “a la maniera” del maestro, reinterpretando su legado con más libertad e invención.
El estilo de Bronzino se caracteriza por la elegancia antinatural, el detallismo exquisito y el uso de posturas serpentinatas. Sus retratos muestran una estética pulida, con gestos congelados y una atmósfera distante. En sus obras religiosas y alegóricas, lo sensual y lo enigmático se entrelazan en composiciones complejas y refinadas.