Artista Michelangelo Buonarroti - Blog de Historia del Arte

Biografía

Michelangelo Buonarroti, más conocido como Miguel Ángel, fue uno de los grandes genios del Renacimiento. Escultor, pintor, arquitecto y poeta, su legado artístico marcó profundamente la historia del arte occidental.

Desde muy joven mostró un talento extraordinario. Lorenzo de Medici lo acogió en su círculo y lo formó en las artes clásicas. Allí ya destacaba por encima de sus compañeros, aunque su fuerte temperamento le generó enemistades, como la famosa pelea con Pietro Torrigiano que le dejó la nariz chata para toda la vida.

Obsesionado con la perfección, Miguel Ángel nunca entregaba nada que considerara mediocre. Se dedicó principalmente a la escultura, su gran pasión, pero también pintó algunos de los frescos más célebres de la historia, como la Capilla Sixtina. Su estilo es dramático, anatómicamente preciso, monumental y profundamente expresivo.

Fue admirado por papas, nobles y artistas, aunque su carácter hosco y su falta de higiene eran legendarios. Afirmaba que bañarse era malo para la salud, y maldecía constantemente. Aun así, vivió con gran libertad y éxito económico, y fue enormemente influyente.

Homosexual, tuvo varios amantes, entre ellos Tommaso Cavalieri, quien lo acompañó hasta su muerte. Murió con 88 años, siendo venerado en vida y tras su fallecimiento como uno de los pilares del Cinquecento.

Contexto histórico

Miguel Ángel vivió en pleno apogeo del Renacimiento italiano, entre Florencia y Roma, en una época marcada por el mecenazgo papal, el redescubrimiento del arte clásico y la competencia entre genios como Leonardo y Rafael.

Influencias

Estudió a fondo la escultura clásica grecorromana y fue discípulo en los talleres florentinos. Admiraba a Giotto y Donatello, pero su estilo pronto se volvió único, centrado en la exaltación del cuerpo humano como forma perfecta de expresión espiritual.

Estilo

Su arte se caracteriza por el dominio absoluto de la anatomía, la intensidad emocional y el dramatismo compositivo. En escultura, alcanzó cotas sublimes con obras como David o La Piedad. En pintura, su uso de la perspectiva, la composición arquitectónica y la energía de las figuras lo distinguen como un creador sin igual.